Cómo gestionar la "resaca emocional" después de una discusión intensa
- Deborah Astengo
- hace 1 día
- 3 Min. de lectura
¿Por qué ocurre y cómo se puede gestionar de manera saludable?
Foto: Freepick
Las discusiones pueden generar un impacto significativo en nuestro bienestar emocional. Tras un conflicto intenso, muchas personas experimentan lo que los expertos llaman "resaca emocional", un estado de agotamiento físico y mental que puede incluir ansiedad, tristeza e irritabilidad.
Según el psicólogo peruano Manuel Vera Tudela, especialista en salud mental y relaciones interpersonales, “las emociones liberadas durante una discusión activan el sistema nervioso, elevando los niveles de cortisol y adrenalina. Una vez que la situación termina, el cuerpo y la mente necesitan tiempo para regresar a un estado de calma”.
¿Por qué ocurre la resaca emocional?
De acuerdo con un estudio de la American Psychological Association (APA), los conflictos activan la amígdala, la parte del cerebro responsable de procesar emociones intensas como el miedo y la ira. Este estado de alerta puede mantenerse incluso después de que la discusión haya terminado, provocando:
Fatiga mental y física.
Dificultad para concentrarse.
Tensión muscular o dolor de cabeza.
Ansiedad o sensación de culpa.
En Perú, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ha investigado cómo los conflictos interpersonales afectan la salud mental, concluyendo que el estrés post-discusión puede durar desde unas pocas horas hasta varios días, dependiendo de la intensidad del conflicto y de la regulación emocional de cada persona.
Estrategias para manejar la resaca emocional
El doctor Luis Fernández, psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, recomienda algunas estrategias para ayudar a la mente y el cuerpo a recuperarse después de una discusión:
1. Reconocer y aceptar las emociones
Es normal sentirse agotado después de un conflicto. Fernández explica que “evitar o reprimir lo que sentimos solo prolonga el malestar. En cambio, aceptar la emoción nos permite procesarla de manera más saludable”.
2. Respirar y relajar el cuerpo
Técnicas como la respiración diafragmática pueden ayudar a calmar el sistema nervioso. Un estudio del Massachusetts Institute of Technology (MIT) sugiere que las personas que practican respiración profunda después de un evento estresante logran reducir el cortisol en un 30% más rápido.
3. Tomar distancia y evitar revivir la discusión
Volver a pensar en lo que se dijo o se debió decir puede alimentar el malestar. La Asociación Peruana de Psicología Positiva recomienda centrarse en el presente y evitar rumiaciones.
4. Hacer una actividad que ayude a desconectar
Ejercicio, escuchar música o salir a caminar pueden ayudar a liberar la tensión acumulada. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la actividad física reduce la ansiedad y mejora la regulación emocional.
5. Expresar lo que sientes de manera saludable
Hablar con una persona de confianza o escribir en un diario puede ayudar a procesar la experiencia. “Expresar nuestras emociones, en lugar de guardarlas, es clave para sanar más rápido”, agrega Vera Tudela.
6. Reflexionar, pero sin castigarse
Si la discusión dejó alguna enseñanza, es válido reflexionar sobre ello, pero sin caer en la culpa excesiva. Fernández sugiere preguntarse: "¿Qué puedo aprender de esto?" en lugar de "¿Qué hice mal?".
Cuándo buscar ayuda profesional
Si la resaca emocional se prolonga o afecta el bienestar diario, podría ser útil consultar con un especialista. “Cuando las emociones post-conflicto se vuelven recurrentes o interfieren en la vida cotidiana, es importante trabajar en ellas con ayuda profesional”, señala Fernández.
Las discusiones son parte de la vida, pero gestionar la resaca emocional de manera adecuada es clave para evitar que el conflicto tenga un impacto prolongado en el bienestar. Practicar la autoregulación emocional, desconectar del conflicto y cuidar del cuerpo y la mente puede hacer una gran diferencia en la recuperación.
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