Ansiedad, insomnio y trauma: las secuelas psicológicas de la extorsión
- Jhostin Jorge Cartolin
- hace 12 horas
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Las extorsiones destruyen más que bienes, afectan profundamente la salud mental y física de las víctimas.

En el Perú, las extorsiones se han convertido en una de las formas de criminalidad más preocupantes de los últimos años. No solo afectan la seguridad económica de las víctimas, sino que también dejan huellas profundas en su salud mental y física. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la incidencia de secuestros y extorsiones aumentó significativamente en el primer trimestre de 2024.
Aunque las cifras exactas no se detallan, el aumento de estos crímenes es alarmante. De acuerdo con la Policía Nacional del Perú (PNP), se registraron 1,817 casos de extorsión entre enero y marzo de 2024, aunque la cifra podría ser mayor debido al miedo a represalias y a la desconfianza en las autoridades.
A este fenómeno de inseguridad se suma el hecho de que el 70% de las víctimas de extorsión experimentan trastornos psicológicos graves, como estrés postraumático, ansiedad y depresión. La creciente ola de delincuencia y la falta de confianza en el sistema de justicia han contribuido a una sensación de vulnerabilidad que afecta la vida cotidiana de los ciudadanos. En este contexto, resulta crucial entender cómo las extorsiones afectan no solo la economía, sino también la salud mental y física de las víctimas.
Para profundizar en este tema, Qhali conversó con la psicóloga María Ramos Chiroque, de la Clínica Ricardo Palma, y el criminólogo José Pérez Terrones, ex jefe de prensa de la Región policial Lima del Perú, quienes nos brindaron su perspectiva sobre cómo las extorsiones impactan la salud de las personas.
El estrés y miedo constante: el impacto de la extorsión en la salud mental
Las víctimas de extorsión viven bajo una constante amenaza que altera su equilibrio emocional y físico. Según la psicóloga Ramos Chiroque, el impacto inmediato del estrés puede ser devastador: "Las personas empiezan a experimentar ansiedad, insomnio, y una sensación constante de peligro, lo que genera una sobrecarga emocional. A largo plazo, estos síntomas pueden evolucionar hacia trastornos más graves como la depresión o el estrés postraumático". Este fenómeno no solo afecta la mente, sino que también tiene consecuencias físicas, como dolores de cabeza, problemas digestivos, y un debilitamiento del sistema inmunológico.
"El miedo constante activa el sistema de respuesta al estrés, lo que puede llevar a un estado de alerta permanente, afectando la salud mental y física de las personas", explica la psicóloga,
Añade que este tipo de miedo prolongado puede desencadenar una serie de trastornos emocionales que destruyen la calidad de vida de las víctimas. Las personas extorsionadas no solo viven con el temor de perder bienes materiales, sino que enfrentan la posibilidad de perder su bienestar físico y emocional.
"El estrés generado por la extorsión provoca un ambiente de desconfianza y ansiedad colectiva. Las personas comienzan a sentirse inseguras no solo en sus hogares, sino en cualquier aspecto de su vida cotidiana, lo que refuerza el ciclo de miedo y desesperanza", explica el criminólogo José Pérez Terrones
Este ciclo tiene repercusiones directas en el bienestar psicológico, generando un caldo de cultivo para trastornos como la ansiedad crónica, la depresión, y el aislamiento social.
Características de las víctimas
destaca la relación entre las extorsiones y la vulnerabilidad social: "Las extorsiones en Perú han aumentado en los últimos años, afectando especialmente a los sectores más vulnerables de la sociedad, como los comerciantes, transportistas y trabajadores informales, también a las personas que se encuentran en cola para un concierto"
Las víctimas de extorsión a menudo se encuentran atrapadas entre el miedo a represalias y la falta de opciones legales inmediatas, lo que les impide buscar ayuda de manera efectiva.
Consejos para sobrellevar una extorsión
El miedo constante a las extorsiones puede llevar a las víctimas a un estado de desesperación, pero existen formas de enfrentar esta amenaza. La psicóloga Ramos y Terrones sugieren:
Buscar apoyo emocional y psicológico.
Meditar o practicar el mindfulness.
Denuncir las extorsiones a las autoridades.
Contar con asesoría legal.
Que el Gobierno fortalezca fortalezca su presencia en las áreas más afectadas por la extorsión.
Las extorsiones son más que un delito económico; son una amenaza que afecta profundamente la salud mental y física de las víctimas. Es necesario que como sociedad tomemos conciencia de este problema y busquemos soluciones integrales para proteger no solo los bienes materiales, sino el bienestar de las personas.