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La influencia de las actividades al aire libre en la reducción de la ansiedad estacional | CRÓNICA

  • Foto del escritor: Deborah Astengo
    Deborah Astengo
  • 4 mar
  • 2 Min. de lectura
  • Estudios recientes destacan los beneficios de las actividades al aire libre para combatir la ansiedad estacional.

actividades al aire libre
Foto: Freepick

María había notado que, cada vez que el invierno llegaba a Lima y la luz del sol desaparecía por más horas, algo cambiaba en su interior. La tristeza se instalaba sin razón aparente, y la ansiedad parecía multiplicarse, como si el clima tuviera el poder de afectar su bienestar emocional. Fue en uno de esos días grises cuando, buscando respuestas, se encontró con el concepto del Trastorno Afectivo Estacional (TAE). Reconoció que algo en su vida estaba relacionado con este fenómeno, algo que afectaba a miles de personas que, como ella, se veían atrapadas por los cambios de estación.


Decidió entonces, como una salida posible, probar una de las recomendaciones que había encontrado en un artículo: las actividades al aire libre. “El contacto con la naturaleza tiene un impacto positivo en el cerebro, promoviendo la liberación de endorfinas y reduciendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés”, decía un fragmento del texto. Sin pensarlo demasiado, María comenzó a caminar por parques cercanos a su casa, buscando desconectarse y respirar aire fresco. Al principio, solo fueron unos minutos, pero pronto se dio cuenta de cómo esa simple acción mejoraba su ánimo.


Explorando los beneficios naturales


La psicóloga Zulita Dioses destacaba en el artículo que realizar actividades físicas al aire libre, como senderismo o ciclismo, tenía beneficios dobles: la actividad física y la energía revitalizante que provenía de la naturaleza. María comenzó a incorporar estos hábitos en su vida con más frecuencia. Ya no se limitaba a caminatas diarias, sino que aprovechaba cada oportunidad para salir al aire libre. La diversidad geográfica del Perú, con su amplia oferta de paisajes naturales, le brindaba muchas opciones para explorar y, de paso, desconectar de la rutina.


María también incorporó la meditación y el yoga al aire libre, actividades que le permitieron conectar consigo misma y disminuir la ansiedad. La exposición a la luz natural, especialmente en las horas más luminosas del día, se convirtió en una prioridad, no solo para su salud física, sino para fortalecer su bienestar emocional. Además, al participar en actividades grupales, comenzó a reducir el aislamiento social que tanto incrementaba su ansiedad.


Hoy, María ha aprendido a incorporar la naturaleza a su vida, no solo cuando el invierno la afecta, sino como una herramienta diaria de autocuidado. La conexión con el aire libre le ha permitido reconectar consigo misma, sentir paz y mantener su ansiedad bajo control, demostrando que la naturaleza no solo nos rodea, sino que también nos sana.

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