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Ser un "workaholic" se ha romantizado mucho en los últimos años, daremos estrategias para tener un balance entre el trabajo y la vida personal.
Actualmente, ser "woraholic" o adicto al trabajo se ha convertido en un ideal de las empresas y sinónimo de éxito laboral. Desde una edad temprana, se nos enseña a aspirar a carreras prestigiosas, a alcanzar posiciones de poder y a acumular dinero y fama como medida de nuestro éxito en la vida. Esta narrativa del éxito se perpetúa en medios de comunicación, cultura popular y discursos políticos, generando presiones constantes por la ambición.
"La obsesión con el éxito laboral puede llevar a una serie de consecuencias negativas para individuos y sociedades. Puede generar un sentido de insatisfacción constante, ya que nunca parece ser suficiente alcanzar las metas profesionales establecidas. Además, erosiona las relaciones personales y el sentido de comunidad, ya que las personas sacrifican su tiempo y energía en busca de objetivos profesionales", explica Javi Soriano, psicólogo y graduado en la Universidad de Valencia.
Los peligros de ser workaholic
Es importante que evaluemos cuáles son nuestras prioridades y buscar un equilibrio más saludable entre el trabajo y la vida personal. Estos son algunos:
Burnout: Esta es una consecuencia común de obsesionarse con el éxito laboral. Sus principales síntomas son el agotamiento físico, mental y emocional causado por el exceso de trabajo y la instatisfacción personal. Este agotamiento puede afectar negativamente la productividad y la calidad del trabajo.
Problemas de salud mental: La obsesión con el éxito laboral puede causar estrés crónico, ansiedad y depresión, asociados con la presión de alcanzar metas positivas profesionales. Si esto no se controla puede desencadenar en un trastorno de ansiedad generalizada (TAG) o ataques de pánico.
Deterioro de las relaciones interpersonales: Aquellas personas que se obsesionan con el éxito laboral dedican la mayor parte de su tiempo a trabajar, descuidando a sus seres queridos y amistades. Esta falta de atención puede causar tensiones y conflictos en las relaciones, ya que las personas cercanas pueden sentirse descuidadas o poco valoradas.
Pérdida de sentido de identidad y propósito: La obsesión con el éxito puede hacer que las personas definan su valía principalmente en términos de logros profesionales, descuidando otros aspectos importantes de su personalidad y vida. Esto puede conducir a una sensación de vacío emocional y falta de satisfacción en la vida, ya que las personas se encuentran atrapadas en una búsqueda interminable de reconocimiento externo.
Estancamiento profesional: Obsesionarse con el éxito laboral puede lograr un efecto contrario al deseado: en vez de alcanzar sus metas profesionales puede producirse un estancamiento. Aquellos que se obsesionan con alcanzar metas específicas pueden quedar atrapados en una rutina que no les permite explorar nuevas oportunidades ni desarrollar nuevas habilidades.
¿Cómo evitar ser workaholic?
El psicólogo nos brinda recomendaciones para poder evitar ser workaholic y no deteriorar nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.
Establecer límites: Si termina nuestro horario laboral hay que aprender a desconectarse de este. Si te piden algo fuera del horario laboral aprender a decir "no, lo resuelvo mañana" es un buen inicio.
Tener hobbies que ayuden con el bienestar personal: Reservar tiempo para actividades que nutran otras áreas de la vida, como el tiempo con la familia, hobbies, ejercicio y descanso adecuado, ayudarán a desconectarse del trabajo.
Recordar que el éxito laboral no lo es todo: En lugar de obsesionarse con alcanzar ciertas metas profesionales, es útil enfocarse en el crecimiento personal y el bienestar general.
Delega: Recuerda que no se puede realizar todo solo, pide ayuda a tus compañeros de trabajo para así poder desconectarte a la hora pactada.
No te lleves tareas a casa: Todo lo que no se realiza en el día se puede pasar para el siguiente, Priorizar lo más importante y urgente ayudará a tener mayor éxito laboral.
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