En la siguiente nota brindaremos pautas para reconocer un ataque de pánico y aplicar técnicas para recuperar el control y manejar la ansiedad de forma efectiva.
Los ataques de pánico son episodios repentinos de miedo intenso acompañados de síntomas físicos y emocionales que pueden ser extremadamente abrumadores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo, aproximadamente 450 millones de personas sufren algún trastorno mental o neurológico, y los trastornos de ansiedad son de los más comunes, entre ellos, ataques de pánico.
"Un ataque de pánico suele durar entre 5 y 20 minutos", resalta el Lic. Miguel Galeano, neuropsicólogo de Clínica San Juan de Dios Lima
SÍNTOMAS DEL ATAQUE DE PÁNICO:
• Aceleración del ritmo cardíaco
• Sudoración excesiva
• Dificultad para respirar o sensación de asfixia
• Mareos o sensación de desmayo
• Dolor en el pecho
• Miedo intenso a perder el control o a morir
Es importante recordar que, aunque los síntomas son aterradores, no son peligrosos. Los ataques de pánico no causan daño físico, aunque la sensación de malestar puede ser muy intensa.
ESTRATEGIAS PARA CONTROLAR LOS ATAQUES DE PÁNICO
Según la OMS, a nivel mundial, solo una de cada cuatro personas con trastornos de ansiedad recibe el tratamiento adecuado. Esto se debe en parte al estigma asociado con la salud mental y la falta de acceso a servicios de atención. Por ello, el especialista brinda estrategias para poder controlar un ataque de pánico.
Reconocer los síntomas: Aceptar que lo que se está experimentando es un ataque de pánico y no una amenaza real. Esto ayudará a reducir el miedo y a que el individuo se pueda enfocar en recuperar el control.
Controlar la respiración: La respiración profunda es clave. Lo ideal será inhalar lentamente por la nariz contando hasta cuatro, mantener el aire durante otros cuatro segundos y exhalar por la boca contando hasta cuatro nuevamente. Esto ayuda a calmar el sistema nervioso y a reducir los síntomas físicos.
Enfocarse en el presente: Durante un ataque, el miedo al futuro o a perder el control puede intensificarse. Practicar el anclaje a la realidad utilizando técnicas como tocar una superficie cercana, describir objetos a su alrededor o concentrarse en una sensación física, como el contacto de los pies con el suelo, puede ayudar a la persona que lo padece a estabilizarse.
Practicar la relajación muscular: Tensar y relajar los músculos de tu cuerpo, comenzando por los pies y subiendo hasta la cabeza. Este proceso de relajación progresiva ayuda a liberar la tensión acumulada durante el ataque de pánico.
Recordar que es algo transitorio: Los ataques de pánico suelen llegar a un punto máximo y luego comienzan a disminuir. El individuo debe recordarse a si mismo que, aunque es incómodo, los síntomas desaparecerán pronto.
Si se experimentan ataques de pánico recurrentes, es crucial buscar ayuda profesional. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es especialmente efectiva para identificar y manejar los desencadenantes de la ansiedad.
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