La sensibilidad dental afecta hasta a un 40% de las personas a nivel mundial.
La sensibilidad dental es una molestia que muchas personas tienen, pero pasan por alto. Este problema se caracteriza por un dolor repentino o malestar en uno o varios dientes luego de consumir algún alimento o bebida helada, caliente o ácida y a veces también cuando entra aire frío por la boca o durante el cepillado dental.
"Esta incomodidad es causada por la exposición de la dentina (segunda capa del diente) que tiene unos túbulos dentinarios minúsculos por donde el estímulo se conduce hasta el nervio provocando un dolor agudo", menciona Susant Aguirre Carrasco, odontóloga de la Clínica Ricardo Palma.
Factores que causan la sensibilidad dental: |
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TRATAMIENTO SENSIBILIDAD DENTAL
Formas para tratarla en casa
Este trastorno dental puede afectar seriamente la calidad de vida de quien lo padece. La especialista brinda los siguientes consejos para combatirlo:
Usar pastal dental y enjuague desensibilizante. Consultar con su odontólogo de confianza sobre cuáles son los productos más adecuados para su caso.
Utilizar cepillo dental de cerdas suaves y una técnica adecuada de cepillado para evitar dañar las encías y el esmalte dental.
Cepillar los dientes hasta 30 minutos después de consumir bebidas o alimentos ácidos (jugo de naranja, limón, gaseosas, etc.) para no debilitar el esmalte. Si tiene sensibilidad marcada debe minimizar el consumo de bebidas ácidas para no dañar el esmalte.
Realizar una adecuada higiene dental, cepillar los dientes 3 veces al día y usar hilo dental 1 vez al día. De esta manera, se evita el acúmulo de placa dental y una futura pérdida de encías.
Visitar en forma regular al odontólogo para realizar los cuidados y tratamientos pertinentes.
En el consultorio
Tras la evaluación el odontólogo prescribe el tratamiento más adecuado a cada paciente. Dependiendo del caso pueden ser:
Terapia desensibilizante no invasiva: Colocación periódica de flúor barniz en el consultorio y recomendaciones de uso de pastas dentales y enjuagues desensibilizantes.
Restauraciones con resinas/sellantes, para reemplazar el esmalte perdido o afectado.
Cirugía de injerto de encía, en caso estas se hayan recesionado.
Tratamiento de conductos (endodoncia), en caso el nervio esté dañado.
Confección de férulas de protección.
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